martes, 20 de noviembre de 2007

Se acabo lo que se daba



Cuando nos mudamos a París traje conmigo –entre tantas otras cosas- la tele que yo había comprado en Madrid ex profeso para hacerme compañía durante los viajes de J. Cuando llegó nuestra primera declaración de impuestos francesa, descubrí una casilla que uno debía marcar con una cruz en el caso de poseer un aparato de televisión. Me pareció una pregunta un poco inquisidora e inútil, pero J me explicó que en Francia existía el impôt à la “redevance audiovisuelle : si sos propietario de una tele tenés que pagarle al estado unos 116 euros anuales para financiar la televisión pública. Consideré esto como un atropello a la libertad de consumo y más que nada como una ridiculez máxima, sobre todo porque habíamos contratado la FreeBox (un pack de internet-teléfono-tele) y raramente veíamos las cadenas estatales.


Con el tiempo me enteré que lo recaudado sirve básicamente para que estos canales puedan transmitir los largometrajes sin publicidades, lo cual potenció mi desacuerdo aún más, teniendo en cuenta que las pelis que pasan TF1, TF2 o TF3 son unas reales porongas franco-francesas o films extranjeros doblados al francés (de qué sirve ver sin propagandas una película de mierda?). También escuché rumores de que existe una brigada que hace registros domiciliarios para descubrir infractores y que hay un servicio de investigación telefónica que hace encuestas truchas sobre los gustos de los televidentes y una vez que contestás sobre tus habitudes televisivas, te dicen que te grabaron la conversación y que ahora ya saben que tenés una TV en casa. Aprendí además que –hecha la ley, hecha la trampa- muchos jóvenes que viven solos hacen comprar la tele a sus padres, ya que si tenés un aparato o más, pagás la misma cantidad.

El año pasado, el mismísimo día que J partía por más de una semana a Las Vegas, mi TV española murió. Sin pensarlo ni dudarlo, me dirigí esa misma tarde a una megatienda y me compré –inocentemente- otra, la cual pagué 90 euros con mi tarjeta. Obviamente, en las declaraciones de impuestos que le siguieron continué jurando que no era dueña de ningún aparato de televisión.


Hace 10 días recibí una carta del Señor Trésor Public que decía lo siguiente:


“Usted declaró que en Enero 2007 no poseía ningún aparato receptor de televisión. Según una certificación hecha por el negocio DARTY y enviada a mi servicio, Madame Agusita habría comprado un appareil récepteur de télévision en Abril 2006... bla bla bla ...Le recuerdo que el impuesto debe pagarse si hay un appareil récepteur de télévision en su casa (ya sea por compra, regalo, préstamo o herencia)... bla bla bla ...La invito a regularizar su situación...le enviaremos una factura de 116 euros...excepcionalmente ninguna multa se aplicará esta vez...Tiene 30 días para respondernos...bla bla bla....si no lo hace todo esto podría derivar en une procédure...y multa de 150 euros... bla bla bla.... la saluda atentamente, el Señor Trésor Public.”

Cual asesino detenido con puñal en mano, no tuve opción. Le escribí una carta confesando que sí tenía un appareil récepteur de télévision que había comprado para preparar mis clases de inglés con los cassettes VHS (intervino ahí mi viveza criolla disfrazada de “actitud inmigrante ignorante”) y que no sabía que dicho uso era tasado, pero que no tenía ningún problema en pagar lo que debía.

Me faltó incluir la posdata: “Paren de robarme, hijos de puta, ladrones, que no me dejan ahorrar, que me sacan más de 500 euros por mes de mi salario, a mí, que pago 53 euros mensuales de ticket de transporte público y que llevo más de una semana desplazándome en bici y en autos prestados que se rompen, no tenés cara, Señor Trésor Public, de chuparme las ganancias de esta manera, con la programación de merde que transmitís...conchudo malparido!”

Me quiero ir de este país parásito YA.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

“La televisión ha adquirido entre sus características la de desalentar el ejercicio de pensar, privilegiando el impacto de la imagen sobre el contenido y el de la emoción sobre la razón.” Pierre Bourdieu.

Los medios de comunicación constituyen, según Bourdieu, una amenaza para la sociedad actual y someten todo a la tiranía de la audiencia.

¡Cuentale esto a los del Trésor Public!

Ver: http://www.barcelona2004.org/esp/actualidad/biblioteca/biblioteca_selecta/ficha.cfm?lnkBiblioteca=26&txtCategoria=Diversidad%20cultural%20y%20medios%20de%20comunicaci%F3n

Agusita dijo...

pero justamente por eso! encima que nos idiotizan, nos cobran?!

Unknown dijo...

Mr Patrick Lelay (President de TF1 - mayor television francesa) dijo un dia:
"Ce que nous vendons à Coca-Cola, c'est du temps de cerveau humain disponible".

Lo que vendemos a Coca es tiempo de cerebro humano disponible (que pessimo traductor que soy)