jueves, 20 de diciembre de 2007

Go and Mingle, Girl!


Entro al boliche de la rue de la Princesse. Celebran la fiesta de fin de año de l ' agence y no puedo dejar de ir. Alors, es innevitable: esta noche me toca sociabilizar. Ya durante el día había notado que las chichis se habían vestido diferente. Para no ser menos – qué sentido tiene mentir?- yo me había puesto una minifalda y una camiseta cuello bote por si la ocasión ameritaba un look más sexy.

Llego y empieza el desafío. En pocos minutos me encuentro -sin saber bien por qué - discutiendo en el bar con una polaca y con Karin (gran amiga Faceboook), con mi primer vaso de vodka-pomme entre mis manos.

Luego viene el buffet, agarro mi plato y me siento desafiante en una mesa donde no conozco a nadie. Adrenalina. Stress. Al lado mío, Ana me cuenta que tiene ascendencia vasca, y Román, italiana. Le confieso a Ana -quien me contesta de a ratos en un español muy madrileño- que mi abuela también nació en Bilbao. Sé que esta coincidencia establecerá cierta complicidad que me permitirá en breve pedirle a Ana que me convide con un cigarrillo.

Media hora más tarde –justo cuando termino de fumar mi primera cigarette– me desplazo hacia otra mesa para encarar el postre. Entre un nuevo grupo de administrativos y creativos –y con cuatro cocktails y dos copas de tinto encima-, me devoro tres petites crèmes brûlées y empiezo con el champagne. Definitivamente necesito más alcohol corriendo por mis venas para poder bailar desinhibida. El DJ ya arrancó con el dancing y yo no quiero que el dueño de la agencia (allí presente) piense que contrató una sudaca amarga: lo mínimo que puedo hacer es demostrarle que mi cuerpo latino puede danzar a un ritmo más que correcto (muy a pesar de lo que digan algunas malas lenguas por ahí). La polaca ya está como loca en el medio de la pista, y en un acto digno de amiga de toda la vida se me acerca, me agarra el brazo y me arrastra hasta meterme en el medio del grupete de los osados que animan la festichola.

No me queda otra. Hago fondo blanco y muevo las caderas acompañando una melodía brasileña. Por suerte ahora somos multitud los que bailamos y es fácil perderse en el tumulto. Con It’s raining men levanto las manos y canto, cebando a un cincuentón del departamento de Marketing más que entusiasmado con el evento. Pasa el tiempo y con Sympathy for the Devil los muchachos treintañeros se sobreexitan y comienzan un strip-tease.
Pleased to meet you
Le saco la camisa a uno...
Hope you guess my name
Me ayudan un par de chicas del departamento de Relaciones Públicas...
Uu-Uuuuu
Flash, alguien nos saca una foto...
Uu-Uuuuu
Dudo que este tipo de conducta me ayude a integrarme (pero bueno, uno nunca sabe, no?)...
Oh, yeah, Uu-Uuuuu

Pasada la una de la madrugada me descubro en el espejo del baño. Mirada etílica, camiseta cuello bote sudada (dónde habré dejado mi sweater?!) y un bretel de corpiño negro que se asoma poco elegantemente. Es hora de partir. Rescato mi cartera de atras del culo de una gorda diseñadora y me escapo sin despedirme de nadie.

C’est pathétique: es la primera vez en tres años que salgo a bailar en París.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiero ver fotos!!

Agusita dijo...

ahi tenes una! ESA mano es mia! (en las otras fotos que sacaron, no aparezco)

Unknown dijo...

Agustia, me has sacado uno que otro jaja. Ojalá vuelva a encontrar tu blog.

Saludos de un "creativo publicitario" de la tierra, por adopción, del fernet o sea de Córdoba.

Ariel!