
Yo no es que muera por ser una parisina (ya sabemos todos que nunca lo seré), pero como que una se va contagiando de todos estos preceptos femeninos infiltrados en el aire de esta ciudad tan hostil. Y al final te encontrás haciendo lo imposible por complacerlas (a ellas, las parisinas, obvio).
Pero mi pelo sauvage contrasta demasiado con todas esas cabelleras lacias, y cuando trato de controlarlo recurriendo a la planchita o a la peluquería, queda demasiado artificial (según ellas, claro está). La cartera Longchamp la tengo, regalo de mi suegra que hace todo lo posible por ayudarme con tan difícil integración, pero es de color verde fluo al contrario de los tonos pasteles que llevan ellas. El cardigan de cachemire me lo regaló Madre, de color negro y muy suave al tacto, pero algo me dice que el modelo no las satisface (o será que ellas perciben –con el olfato, quizás?- que lo compramos en Monoprix?).
Así que aprovechando las rebajas, y luego de haber esperado eternidades por este momento, el otro día fui a la caza de unos guantes de cuero verdadero. Los encontré en Lafayette, de color rojo y forrados en seda, a sesenta euros (post descuento). Debo confesar que me dolió bastante el bolsillo, pero me pareció que ya era hora de dejar de engañarlas con mi look border y que seguramente con esos guantes ellas se dignarían a mirarme con un poco más de respeto.
En mi cuarta jornada de uso, fui a comprar mi almuerzo a la pizzería de la vuelta de la agencia. Encargué una bruschetta de berenjenas que me entregaron en una caja de cartón que metieron dentro de una bolsa. Caminé 50 metros, cargándola como a una bandeja. Cuando la puse sobre mi escritorio, descubrí que mis tan preciados guantes estaban manchados con grasa caliente que había traspasado todas las capas. Manchas indelebles.
Creo que mi espíritu Milky no cuadrará jamás con el estilo de ellas.
Me rindo.
2 comentarios:
Bruschetta de berenjenas?!? Vos cambiaste Agusita, antes no eras asi! Que te hicieron esas malditas parisinas?
otro mas con lo que como?! es de lo mas sano (y mas barato) que hay para comer en esta maldita y carisima isla. Y esta buenisima!
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