martes, 24 de julio de 2007

Sabios Consejos

Ya van tres semanas desde que comencé a trabajar en la agencia dentro de un equipo cuyo objetivo es –en teoría- desarrollar productos de comunicación visual para una importante marca de informática. Hace algunos días le escribí a mi hermano –quien trabaja desde hace años dentro de una pyme- para pedirle consejos sobre cómo integrarme dentro de la empresa, tarea que todavía me resulta difícil. Aqui va su respuesta, cuyo objetivo es –creo yo- completamente contrario al solicitado.
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Debes estar en un estado realmente desesperante para pedirme a mí consejos de integración. Nevertheless, puedo darte algun tip sobre cómo sobrellevar el SAC (Síndrome de Alienación Corporativa).

En primer lugar, identifica a las personas -cuanto menos mejor- con las que inevitablemente deberás interactuar para poder cumplir con tus obligaciones laborales. El resto, por ahora, es escoria. No nos importan y no merecen nuestra atención. No les debes ni una palabra y ninguno tiene el derecho a pretender algo diferente, algo asi como la gente en la parada del bondi.
Dentro del reducido grupo que resta puedes intentar -si es posible- hallar algún cómplice, preferentemente inseguro y manipulable. Con el tiempo lograrás apreciar su utilidad.
A discreción tuya queda la búsqueda y formación de objetos amigables, preferentemente dentro de este último grupo.
Sobre tu relación con este ente codicioso y dogmático llamado cliente, como asi también con las actividades integradoras que organice tu agencia con el único fin de maximizar su producción, debes tener siempre algo en claro: tú eres un individio, ya tienes una vida propia, perteneces a otros grupos de tu gusto, no te interesa sentirte parte protagonista y orgullosa de ninguna maquinaria, el dinero es el único motivo por el que haces bien tu trabajo, y cualquier invitación a integrarte a esta gran familia corporativa es un insulto hacia tu persona, tu cultura y tu especie.
Ten esto en claro y no correrás riesgo de sufrir cambio alguno en tu personalidad o prioridades, ni de verte involucrada en procesos pseudo sectarios de ningún tipo.
Ahora bien, en ocasiones surge la necesidad obvia de pretender, aparentar y mentir. Después de todo, no puedes cambiar la forma en la que las cosas funcionan ahí dentro (al menos no por ahora). Considera toda reunión, celebración, situación social forzada, como una oportunidad de observar y juzgar -con el ojo máas crítico- a estos patéticos mamíferos hominoides que se pasean sonrientes, sabiéndose afortunados y superiores por tener obligaciones y retribuciones, propiedad privada al día, y el honor de cumplir una función primordial dentro de este retorcido sistema cuyo único fin es aumentar su opulencia vendiendo una puta computadora.
Ten presente que no eres como ellos y nunca lo serás, y todo saldrá muy bien.
Besos,
A

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un poco cínico, tu hermanito. Pero algo de razón debe tener, y a lo mejor no es tan prejuicioso rehuir las amalgamas off office que imponen ciertas estructuras corporativas. Siempre me corre frío por la espalda cuando escucho en un discurso "somos una gran familia". De todas formas, se puede ser kind con el entorno. Uno no va a buscar amigos al trabajo -vade retro!- pero si la atmósfera es cordial, resulta más llevadero. ¡Éxitos!!! LCA

Anónimo dijo...

jaja me morí, tu hno es lo más, me saco el sombrero!