Hace como veinte días, se reincorporó a la agencia una mina del departamento comercial que se había tomado su licencia por maternidad. En su tercera jornada laboral, trajo la criatura al trabajo con la excusa de que quería « mostrarlo ». Todo el mundo le hizo caricias (menos yo, por supuesto), y hubo alguna que otra que lo alzó y le dio la mamadera.
Poco después, una del departamento creativo trajo a su nena de unos 6 años, porque era miércoles y no sabía qué hacer con ella. La pequeña francesita se pasó la mañana saludando a todo el mundo y regalando dibujos que hacía con sus crayones en un escritorio vacío. Por la tarde, se dedicó a correr por los pasillos de todos los pisos del edificio.
La semana pasada bajé al estudio donde trabajan los diseñadores y en un rincón me encontré un labrador, tamaño casi de pony, tirado en una mantita roñosa y jugando con una pelota roja.
« Es mi perro Huracán», dijo Aurèlie. « No tenía con quién dejarlo : dentro de mi casa sin compañía no puede estar porque rompe todo, y si lo saco al jardín lo puede picar una abeja y como es alérgico, es muy peligroso ».
Evidentemente somos una agence muuuuy abierta. Con decirte que la directora del departamento de Relaciones Públicas trae todos los días sus axilas peludamente tupidas, las pasea por todas partes, y nadie le dice nada!
3 comentarios:
Jajaja, me muero. Por Dios! que hagan algo con esos niños...con esa bestia peluda...y con ese perro!!!!!
de ahora en adelante tu trabajo va a ser mi cota inferior a la hora de aceptar un cambio! quiero trabajar en un lugar así!!! (sí! de verdad! no se olviden la semana free x la visita de Madre!)
te juro que es mas patetico que cool. A veces me dan ganas de ponerme de pie, gritar "aaaaaaaaaaaarrrrghhhhhhhh", y empezar a arrancarme los mechones del pelo, uno por uno.
Publicar un comentario