Para quienes no tienen el placer de conocerla, les comento que mi madre es un personaje. Y, como cada vez que viene, el tiempo pasó volando. Madre ya se fue, solo estuvo una semana. Me quedo con algunas imágenes de son séjour para la posteridad.
Madre llegó cansadísima de su vuelo con escala en Madrid. Parecía un zombie. Pero testaruda como es, no quiso descansar y me acompaño directo a hacer shopping. En Levi’s cabeceó varias veces en en el banquito del probador. Y en H&M se quedó dormida de pie (y me costó despertarla !).
Hicimos un pequeño trip a Marsella, donde tomamos un barquito para visitar las calas. Once again, Madre se quedó dormida, durante un importante momento del trayecto. Sentada al lado mío, de cara al sol, con la cabeza para atrás y mientras dormía, Madre habló. “Dame, Marcelo, dame!”, exclamó. Tratar de adivinar el contexto de esta frase me da escalofríos. Encima, no conocemos a ningún Marcelo. Habrá dicho “Dale, Marcelo, dale!”, pensando en Loffreda y sus muchachos pumas?
París está empapelada con afiches del mundial de rugby. En uno expuesto en la esquina de mi casa, Madre se detuvo, observó seriamente al rugbier que tenía la pelota en las manos, y dijo: “Yo, cada vez que veo uno de estos tipos tan grandes, pienso que ahí abajo debe tener un chizito”.
No comments.
Fuimos a la Opera de Garnier, a ver el ballet de Wuthering Heights. El programa madre-hija de la semana. Dos cosas a remarcar. La primera: casi casi al final del segundo acto, Madre me agarra del brazo repentinamente y me dice: “la semana pasada fue el cumpleaños de Diana y no la llamé!”. Vemos que estaba concentrada en el espectáculo.
Fuimos a la Opera de Garnier, a ver el ballet de Wuthering Heights. El programa madre-hija de la semana. Dos cosas a remarcar. La primera: casi casi al final del segundo acto, Madre me agarra del brazo repentinamente y me dice: “la semana pasada fue el cumpleaños de Diana y no la llamé!”. Vemos que estaba concentrada en el espectáculo.
La segunda que se mandó, fue al principio del tercer acto: comienza con un personaje bastante importante de la historia, Joseph, caminando a lo largo del escenario. Es un hombre pelado, impresionantemente alto, que ya apareció con anterioridad. Madre se me acerca al oído y me pregunta: “esa es Nelly?”. Evidentemente Madre no ve nada bien.
Cada vez que parte, Madre me deja escondidos diferentes productos que fue comprando durante su estadía. A modo de venganza, antes de que se fuera, le metí en un bolsito de la valija algunas miniaturas de plástico. Cuatro gatos, un helecho y un ratón de Playmobil. Y me fui a dormir triunfante. Pero ayer abrí el cajón de la cómoda y me encontré esto:
Cada vez que parte, Madre me deja escondidos diferentes productos que fue comprando durante su estadía. A modo de venganza, antes de que se fuera, le metí en un bolsito de la valija algunas miniaturas de plástico. Cuatro gatos, un helecho y un ratón de Playmobil. Y me fui a dormir triunfante. Pero ayer abrí el cajón de la cómoda y me encontré esto:

Gonna miss her...
3 comentarios:
No hay con que darle! las madres siempres nos superan y sorprenden.
Lo bueno es que en el afán de anticiparlas, mejoran... y nosotras con ellas!
mmmmmm, no se si estoy de acuerdo con esto ultimo que decis...creo que a medida que pasa el tiempo, ellas se vuelven mas locas...y nosotras con ellas!
mejoran... se vuelven más locas... como sea... no se olviden: "la manzana no cae muy lejos del árbol"
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